Ausencia de lluvias, heladas y episodios de pedrisco, causantes
- Bildutako bolumena azken hamarkadako batez bestekoa baino % 40 txikiagoa izan da
- Nafarroako Erriberan dauden nekazaritza-lursail asko ez dira bildu ere egin, zereala ez baita hazi
Araba y Nafarroa han sufrido en este 2023 la peor cosecha de cereal en lo que se lleva del presente siglo. La ausencia de lluvias en momentos clave de la campaña, las heladas previas a Semana Santa y la presencia de tormentas con granizo en determinadas zonas, han sido factores determinantes para que se hayan dado tan malos resultados en ambos herrialdes.
Así, según los datos aportados por la cooperativa Garlan, la cosecha en la zona de los valles alaveses ha sido “dramática”, tilda el gerente de dicha cooperativa, Andrés García. La pertinaz sequía en dicha área (no llovió nada en el trimestre entre marzo y mayo) ha resultado demoledora, a lo que hay que sumar que en Valdegobia se produjeron varias granizadas. También una pedregada cayó en el entorno de Gasteiz el 6 de julio que afectó a 16.000 hectáreas. Por contra, la cosecha se puede considerar más aceptable en las zonas montañosas, como es el caso del área de Agurain, donde repercutió en menor medida la sequía, hubo precipitaciones en el mes de mayo y no se produjeron heladas.
Con todo ello, los cálculos que se barajan es que el volumen de grano recogido ha sido un 40% inferior a la media de la última década, si bien su calidad y peso específico se puede considerar bueno. Como consecuencia de las tormentas, la campaña se ha alargado en exceso, extendiéndose la cosecha hasta los dos meses. La situación se ha generalizado a todos los herbáceos, destacando por negativa la siembra de colza, al no poder prepararse la tierra en condiciones habida cuenta de la ausencia de precipitaciones en septiembre y octubre y generando posteriormente una implantación incorrecta.
La quinta peor en Nafarroa
Aunque en Nafarroa también hay una importante disparidad en función de las zonas, INTIA ha catalogado la campaña como la peor en los últimos 20 años, con una producción total de 630.000 toneladas, un 7% menos que el año anterior, descenso que hay que sumarle al 15% registrado la campaña pasada, con lo que 2023 arroja una disminución del 21% respecto a la cosecha media de la última década, la quinta peor campaña desde que se realizan registros hace 32 años.
Como en Araba, la prolongada situación de ausencia de lluvias durante el final del invierno y la primavera ha resultado un factor decisivo para dichos malos resultados. Como desgraciadamente ya viene siendo habitual en los últimos años, la zona de secanos áridos del sur ha padecido la peor parte, con rendimientos medios que no superan los 1oo kilos por hectárea y quedando muchas de sus parcelas sin llegar a cosecharse. La Zona Media e intermedia del herrialde también ha tenido un balance negativo en general, aunque se han recogido rendimientos medios que no superan los 3.400 kilos por hectárea. Bien diferente a la situación de la zona noroeste de la Cuenca de Pamplona, donde se han obtenido rendimientos altos gracias a temperaturas más frescas, aunque el pedrisco también ha tenido su incidencia debido a las tormentas que se produjeron en junio. En esta zona de Baja Montaña, el rendimiento medio ha superado la media de los 5.000 kilos por hectárea.
