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Ángel Eraso Azkona muestra al fondo el área donde pastan sus animales y que no resultó afectada por el fuego.

Eso ocurrió en Argiñariz, una de las zonas más afectadas en Nafarroa

De sobra es conocido que uno de los efectos beneficiosos de la ganadería extensiva es evitar la propagación de incendios forestales, como consecuencia de la labor de limpieza que realizan los animales al pastar en las zonas boscosas y hacer desaparecer la maleza que sirve de combustible para la propagación del fuego.

Pero como el movimiento se demuestra andando, nada mejor que ejemplificar con un episodio real dicha verdad. A mediados de junio pasado, el área circundante y la propia localidad navarra de Argiñariz -dos viviendas resultaron afectadas- fueron pasto de las llamas. De la enorme catástrofe al menos se pudo sacar una experiencia que debería servir a futuro.

Ángel Eraso Azkona administra desde hace más de dos décadas una explotación ganadera familiar de vacuno y caballar que pasta en dicho término municipal, una actividad que logró frenar el avance del citado incendio. “Pese a la virulencia del fuego por efecto de las temperaturas y el viento, este se detuvo en aquellas zonas de pasto de nuestros animales”, circunstancia que se puede comprobar in situ y en la imagen que acompaña este artículo. A juicio de este ganadero y afiliado de EHNE-Nafarroa, la ganadería extensiva es “un agente muy efectivo para erradicar la propagación del fuego”, algo que se debería tener muy en cuenta por parte de las diversas administraciones, a la hora de promocionar e impulsar un modelo ganadero “que cada vez es menos habitual en nuestros pueblos, lo que ha derivado en montes descuidados y con mucha maleza”.

Evitar que vuelvan a repetirse capítulos similares debería ser la prioridad de las diferentes instituciones, “fomentando foros y encuentros entre los diversos agentes implicados en la gestión y uso del monte, en los que todos ellos realicen sus aportaciones para encontrar un consenso en pro del manejo sostenible de dichas zonas”, apunta Ángel Eraso Azkona.

Asimismo, recalca que “las entidades propietarias de las zonas boscosas, bien sean públicas o privadas, deben apostar por iniciativas y acciones que apoyen la pervivencia de la ganadería extensiva”. Ello pasa también por una mayor valoración de los productos ganaderos. “No queremos estar siempre sostenidos por ayudas, sino que nuestro trabajo sea rentable”, expone este ganadero.